Uno de cada tres policías locales que patrullan las calles de la provincia de Buenos Aires no está capacitado para cumplir con sus funciones.
El Ministerio de seguridad provincial auditó a 6.000 de los 16.000 efectivos que están en funciones. El 30% no superó las pruebas de tiro, los tests psicológicos o socio-ambientales. Buscan una salida que no reste efectivos en las calles. «Si esta proyección se mantiene, a fin de año tendremos 5.000 policías armados patrullando la provincia que no sirven para proteger a la comunidad», aseguró un funcionario del gabinete de Vidal en diálogo con Ámbito Financiero.
«Hubo casos de agentes que no sabían empuñar la pistola y habían tirado apenas dos tiros antes de ser lanzados a las calles. Muchos no le acertaban ni a la silueta», confió uno de los encargados de la auditoría.
Los casos se multiplican y los resultados son dramáticos: «Como nadie relevó las condiciones de vida y los grupos familiares de los aspirantes, se dieron situaciones en las que uno de los agentes tenía dos asaltantes en su propia familia (sus hermanos) y le robaron el arma y el chaleco para salir a robar», relató la fuente.
Pero eso no es todo. La inscripción demandaba a los que quisieran convertirse en policías locales tener estudios secundarios completos; cuando se cotejó la documentación presentada, aparecieron varios casos donde se comprobó que los certificados eran «truchos».